En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados.

1 Juan 4:10

Cristo, el Salvador de las Almas

Entendemos la salvación como el estado de liberación espiritual y de gracia y perdón al que somos conducidos por el Dios único, cuando por medio de la fe en el Señor Jesucristo, somos aceptados en Él y hechos hijos de Dios.

El Señor Jesucristo nos salva del pecado, de la servidumbre del pecado y de las consecuencias del pecado.

Lo único que necesita la persona para ser salva es arrepentimiento y fe en el Señor Jesucristo, porque escrito está:

“Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en quien podamos ser salvos” (Hch. 4:12).

De modo que nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, JESUCRISTO, EL HIJO DE DIOS (Mt. 1:21; Jn. 1:29; Ro. 6:23; 1Co. 3:11).

Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.

Mateo 1:21

El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

Juan 1:29

Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

Romanos 6:23

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